Vivimos tiempos convulsos, en los que el fantasma de la guerra amenaza otra vez a Europa. Junto con ella, desde hace unos años se puede percibir una ola de autoritarismo y ultranacionalismo en todo el mundo. Fascismo, extrema derecha o derecha extrema, son algunos de los variados adjetivos que recibe este movimiento que recuerda a lo sucedido en los años 20 y 30.
Por ese motivo, considero que es fundamental mirar al pasado para entender ciertos sucesos del presente o por lo menos, para ser correctos en las denominaciones que utilizamos.
¿Qué es el fascismo? ¿Qué fue? ¿Ha sido siempre el mismo? ¿ha evolucionado con el tiempo como afirmaron algunos autores como como Aristoteles Kallis, Antonio Costa Pinto o Ferran Gallego? ¿Hay un fascismo genérico como afirmó Roger Griffin? ¿El franquismo ha sido un fascismo, o son dos movimiento con una misma matriz pero distintos, como afirma Ismael Saz?
A menudo se ha relacionado al fascismo con el régimen que Benito Mussolini implantó en Italia. Sin embargo, existe un debate teórico sobre el movimiento de carácter trasnacional que estuvo a la derecha de los partidos conservadores tradicionales. Partidos de nuevo cuño que iban más allá en la defensa de aquel panacionalismo de finales del siglo XX.
Los fascist studies, tuvieron una fuerte impronta en España, alrededor de la dictadura franquista. Las obras de Ismael Saz y del grupo de la Universitat de Valencia, las de Joan Maria Thomas, las de Ferrán Gallego o Mercedes Peñalba-Sotorrío, son un claro ejemplo. Algo que se puede extrapolar a todos los países de Europa: ¿Hubo fascismo en Francia? ¿En Reino Unido? ¿En Estados Unidos? Grecia? ¿Austria? ¿Rumanía? ¿Qué es y fue el fascismo?
Sobre estos temas vamos a debatir hoy, teniendo como punto de partida que no podemos reducir al régimen italiano el fascismo. Este fue un movimiento trasnacional, amplio, cambiante y rico culturalmente. Como defienden muchos autores, fue mudando a lo largo del tiempo y adaptándose a las circunstancias sociopolíticas, culturales y geográficas. Obviamente, no todos los fascismos fueron iguales, del mismo modo, que no todo el movimiento obrero, ni siquiera el comunismo o el socialismo, fue homogéneo.
La riqueza está en analizar las diferencias y similitudes en cada caso, pero también las semejanzas y como fue mudando el movimiento desde una perspectiva trasnacional. Conocer cómo fue ese trabase cultural en el pasado nos ayudará a combatir el fascismo en el presente.
Por eso hoy vamos a hablar del Fascismo, pero no del Italiano, aunque también, pero no será protagonista. Ni del Nazismo. Sino del Fascismo francés, británico y canadiense.
Para ello, cuento con dos expertos sobre el tema. Joan Pubill es doctor e investigador de la Universitat Autonoma de Barcelona y miembro de grupo de investigación GREF. Por su parte, Barbara Molas, es doctora por la York University de Canadá e investigadora del Terrorisim Security and Sociaty.
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