A menudo, muchos historiadores/as -que no están tan preocupados por los índices de impacto- nos preocupamos por la utilidad de nuestra disciplina. ¿Para que escribimos libros? ¿Le interesa a alguien lo que hacemos? ¿Es socialmente útil? O, ¿Solamente escribimos para nosotros mismo? Es algo que a menudo me he preguntado, ¿Tiene alguna relevancia social mi tesis doctoral y los libros derivados de ellos?
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Título: Soldados de Franco. Reclutamiento forzoso, experiencia de guerra y desmovilización militar
Autor: Francisco J. Leira Castiñeira
Lugar de edición: Madrid
Editorial: Siglo XXI España
Año: 2020
Idioma: Castellano
Páginas: 352
ISBN-978-84-323-1985-3
Por suerte, tuve muy buen feed back de mis compañeros/as de profesión y de los críticos literarios que reseñaron Soldados de Franco. Reclutamiento forzoso, experiencia de guerra y desmovilización militar. En líneas generales, fueron críticas muy positivas, por eso quiero agradecer a Antonio Elorza (Babelia-El País), David Jimenez (El Mundo), Héctor Pena (La Voz de Galicia), Iago Ebrero (enfoques.gal), a Nacho Ares y Ser Historia, a Sebastiaan Faber y La Marea, los podcast que me recibieron, a la revista La Aventura por la Historia, Davis Rodríguez y Luzes, David Barreira y El Español las asociaciones y fundaciones que quisieron que organizase algún evento sobre el libro y un largo etc. Nunca pensé, que podría ver mi libro en todos los medios que he citado y mucho menos, hablando bien de él. No es falsa modestia, algunos lo llaman el “Síndrome del impostor”, pues sentía que esa adulación no era real.
Cuando por fin vi publicado el libro, se apoderó de mi una sensación de vacío, que continuó hasta hace bien poco: Y ¿ahora? ¿Tuvo sentido lo que he escrito? ¿Las horas de trabajo? Para personas que no tienen problemas con su ego, porque no lo tengo que alimentarlo -por suerte-, para mi al principio me incomodaban -es cierto, que compartí en redes sociales todas las entrevistas pero no leí o escuché ninguna-, aunque pronto comprendí que eran un regalo, y no vamos a negarlo, una forma de vender el libro y poder continuar trabajando en lo que a mí de verdad me gusta: la investigación.
Luego vino la otra parte, la más desagradable, las críticas -e insultos-, la mayoría infundadas, que procedían de las redes sociales: “rojo” -a veces acompañado con un “de mierda-, “autor del PSOE”, “subvencionado por Pedro Sánchez y su memoria histérica”, “mentiroso”, “equidistante”, “piensas como Santos Juliá” o “blanqueas a los fascistas”, fueron algunos de los muchos calificativos que me que me regalaron cada vez que subía alguna noticia en mis redes sociales -cree una página para separar mi vida profesional de la personal-. No es que realmente me importe, pero estaba empezando a sentir, que me había expresado mal en las más de 500 páginas de mi tesis y en las 352 de su publicación, porque las críticas venían desde distintas ideologías, pensamientos y posturas sociopolíticas. Lo que mucha gente no sabe, es que realicé esta investigación – mi tesis doctoral-, sin contar con ningún tipo de ayuda institucional, ni contrato con la universidad. Trabajé de múltiples cosas, nunca me he quejado y más en el triste mundo que nos está tocando vivir. Llegué a ser autónomo y de verdad que empatizo con su reclamaciones. Después de trabajar, llegaba a casa y leía, escribía, reescribía, corregía y, cuando estaba en el paro, iba a los archivos. Por eso, al verme como un outsider del sistema universitario, quería demostrar que realmente se puede escribir desde la gente y para la gente. Pero las críticas, me hicieron ver que realmente no era así. Decir que muchas de ellas, a pesar de su dureza en el tono y el contenido, me han servido para modificar cosas para el futuro.
De repente, hace unas semanas me escribieron a mi Instagram. Era de una cuenta dedicada a la literatura y que por sorpresa, se coló mi libro en una de las entradas como una recomendación. No casaba con el resto de títulos, reconozco, me sorprendió el contraste. Sin embargo, la propietaria de la cuenta (@lulu.lectora) me contó que el libro realmente lo había leído su padre, porque quería saber que se decía sobre los reclutados en la guerra civil, porque el suyo había sido llamado para luchar y permaneció en el frente los tres años que duró el conflicto. Como hace otras muchas personas, el padre de la propietaria de la cuenta de Instagram, escribió en las primeras páginas del libro un pequeño texto con sus impresiones. Cuando leí lo que ponía, me enterneció y, por fin, pude ver que mi libro había servido para algo: “Entender-comprender”. Por fin, vi, qué al menos, una persona había entendido lo que quería expresar y mostrar (qué nunca demostrar) a lo largo de la investigación. Qué se comprendiera el motivo de las vivencias de aquellas personas, la complejidad de aquel fenómeno histórico y saber más, no solo del pasado, sino del presente, de nosotros mismo y de nuestros antepasados. En el escrito ponía “que le ayudó a entender los silencios” de su padre, una frase preciosa y muy acertada.
Me emocionó y las reacciones a aquella entrada fueron muy bonitas. Este mensaje, suprimía toda la tristeza de los insultos recibidos en las redes sociales. La considero la mejor crítica que ha podido recibir mi libro, la más humana, la que me llegó al corazón y como dije, las reseñas fueron más que positivas, en algunos casos hasta exageradas. Le agradezco a todos/as los que las redactaron, y que perdieran el tiempo leyendo Soldados de Franco. Además, gracias a alguno, como a Antonio Elorza, que señaló algunos de los errores y así podré mejorar el contenido si hay otra edición tras una primera reimpresión. Muchas gracias a todos/as. Pero, este escrito redactado por un individuo corriente, para si mismo, familiar de un de los miles de soldados olvidados, tiene un punto especial. Por eso, quise compartirlo al ver que su hija lo hacía en sus redes sociales. Muchas gracias.
Entender-Comprender:
Tenía la necesidad de aclarar las dudas que me asaltaban, al ver como una persona, que ha tenido toda su vida un criterio irreprochable sobre la sobre la justicia, la honradez y la moral; estuviera en una guerra cruel en el bando insurgente.
Mi padre pasó los tres años que duró la guerra en el frente de Madrid. Nunca se hablaba de este tema en casa, cómo parce que curría en la mayoría de las familias
En alguna ocasión, le oí hablar de que él no había ido a la mili por corto de talla, pero cuando estalló la guerra (así decían) se los llevaron en camiones directamente al frente.
Este libro (Soldados de Franco) me ha servido para comprender que no fue una decisión tomada por criterios ideológicos, sino, que fueron reclutados forzosos.
Ahora, entiendo alguna de las pocas cosas que me decía y también los silencios. Silencios que, transmitían temor. Estos miedos no sólo se apreciaban en mi padre que hizo la guerra y que hubiera sido comprensible, sino que eran más patentes en mi madre que la vivió desde casa en el pueblo. A ella, le oí decir alguna vez y de forma muy temerosa, oir los gritos de las personas que mataban en la pared del cementerio, atados a ella. Personas que no morían en el acto y seguían gritando hasta perder la vida.
Ya acabada la guerra e incorporarse mi padre al trabajo, le tocaba cruzar por la puerta del cementerio para ir al campo, y en muchas ocasiones le obligaron a darse la vuelta por estar en esos momentos crueles de ejecución.
También recuerdo haber oído que a personas del pueblo no mataron a ninguna, si de los pueblos cercanos.
Yo nací en 1945, yo sólo o quizás mucho viví la posguerra. Este libro me ha servido para aclarar, no solo el porque de los bandos, sino, la larga posguerra, en una dictadura que nos hizo sufrir a todos
Gracias Francisco Leira
Pamplona 1 de septiembre de 2020
Bernardo Periánez
Transcripción de lo que escribió en el libro a modo de comentario
Creo, que ha dado en el clavo. Por lo menos, eso es lo que alguna vez soñé cuando estaba haciendo mi tesis doctoral, que sirviese para conocernos mejor a nosotros mismo, conociendo el pasado más traumático que como sociedad hemos sufrido. Ese relato, es el de una generación y quise complejizarlo, saliendo de los discursos politizados. Hablo de la sociedad en general, pero a través de historias de personas que pudieron ser cualquiera de los que fueron protagonistas de la Guerra Civil, desde un soldado de recluta, cómo el padre de Periánez, hasta un voluntario de las milicias de Falange o requete. En esas arista, se encuentra una parte o una explicación de lo ocurrido -siempre manteniendo que puede, y debe, haber más y mejores explicaciones-, pero principalmente quise que sirviera para que los hijos/as y nietos/as, comprendiesen y entendiesen ese silencio que sobre la experiencia de guerra existe en España. Gracias por este regalo Bernardo, he visto que alguien a entendido lo que quise expresar.
En Soldados de Franco (Siglo XXI Editores España, 2020), quise poner nombre y explicar la experiencia de quienes no la tuvieron a lo largo de los años. Ahora salió un nuevo libro, en gallego, en el que quise ponerles cara e imagen a esas vivencias. Espero que con los dos, haya más personas que como Bernardo que entiendan lo que yo veo después de consultar más de una docena de archivos, escuchar y realizar más de 100 entrevistas y leer más de 20 memorias de excombatientes. Ahora entiendo, que nuestro trabajo no llega a todo el mundo, pero con que llegue a una persona, es más que suficiente.
Título: Soldados forzosos. A memoria esquecida da guerra civil
Editorial: Galaxia
Idioma: Galego
Lugar y año: Vigo, 2021
Páxinas: 104