Después de recorrer Galicia, virtualmente, en busca de recomendación, me dirijo a Madrid -también de manera virtual-, para hablar con Ornella, la responsable de Libros antiguos Alcaná de Madrid. Todo surgió porque compré allí unos ejemplares de un libro (o varios) que ya está descatalogado. Para los investigadores y bibliófilos, estas librerías son un eslabón fundamental, pues son capaces de recuperar ediciones raras, libros antiguos, descatalogados y que no suelen vender otras librerías. A los que amamos a los libros, no solo nos gusta leerlos, sino que tenemos cierto fetiche por la historia del ejemplar de la obra en sí. En ocasiones, una reimpresión tiene más valor que los primeros ejemplares de la una primera edición, en función de sus características, de la rareza del libro, del exlibris, de a quien perteneció o quien permitió que se imprimiese. Es un mundo dentro del precioso arte del libro.
Tuve la suerte, de haber trabajado en una librería con fondo antiguo, es decir -y más o menos, no es una ley cerrada- de libros con más de cien años. Entre ellos había varios incunables, libros del siglo XVI, XVII y XVIII. Entre los volúmenes había auténticas joyas, dependiendo de los aspectos que acabo de mencionar. Cuando hablo de joyas, no solo hablo de su valor patrimonial, que digamos, es un valor difícil de medir, sino que su precio de mercado podía superar holgadamente los 1.000 euros. Lo sé, porque realicé un curso de tasación de libros de fondo antiguo. Realmente, fue una experiencia maravillosa y empecé a valorar el libro como algo algo más que su escrito, sino la función que tuvo a lo largo de los años, su soporte, que permitió, desde la creación de la Imprenta de Gutenberg, su difusión. Los gravados, las firmas de los impresores -por ejemplo, me parecía maravillosa la de Johann Froben, “editor” de Erasmo de Rotterdam, la censura de la Inquisición que seleccionaba perfectamente los párrafos que iban en contra de la doctrina de la Iglesia católica y un largo etc. Todo esto se puede apreciar en el ensayo de Irene Vallejo El infinito en el junco, un increíble viaje a través del tiempo de la mano de todas las personas que hicieron posible que esos tesoros los podamos disfrutar en la actualidad.
Hubo un periodo en el que fue “habitual” entre comillas -y lo destaco dos veces- que hubiese hurtos de libros, de sus serigrafías, de sus portadas o de partes significativas, de particulares e investigadores. Otras veces era el azar y una mala concepción sobre el valor patrimonial que tenía esos libros, que por amistad entre el bibliotecario y el estudioso, que el segundo se lo llevase a casa y nunca más se supiese nada de ellos, cayeran en el olvido, por la muerte o por despiste, del investigador o del librero. Por eso, muchos libros que figuran en los catálogos del siglo XVIII, escritos a mano con una caligrafía envidiable, no aparecen en los catálogos realizados con posterioridad. A veces, estas librerías se tenían que trasladar. Las que pertenecieron a las órdenes religiosas tuvieron mucho movimiento en los periodos desamortizadores del siglo XVIII. En estos traslados, realizados con los medios que podían tener a mano, se perdieron algunos ejemplar que continuaba una aventura particular. Desde tener un nuevo dueño hasta la reutilización del pergamino para otras publicaciones más modernas o arreglar la cubierta de otro ejemplar.
Por este motivo, librerías como Alcaná, situada en el barrio madrileño de Valdeaceras, son fundamentales para completar colecciones individuales e institucionales. Son una puerta al pasado, a libros y ediciones que parecían perdidas o inaccesibles. No recuerdo que libros compre, pero en mi caso eran del siglo XX, mirando por encima los estantes de mi librería pienso que fueron algunos de los primeros títulos del filósofo y sociólogo, Michael Maffesoli o libros de memorias sobre el Quinto Regimiento durante la Guerra Civil española, que ya no se encuentran en casi ningún lado. Para eso, hay una herramienta muy útil, que es la de todocoleccion.net. Esta web, pone en contacto al usuario o interesado en un libro con la librería en cuestión, sin llevar ningún tipo de comisión. Creo que es una herramienta importante para que continúen en pie este tipo de establecimientos
En el caso de Alcaná, estamos hablando de una librería con mayúsculas. Los servicios que ofrece son realmente muy buenos. Puedes pedir que te encuadernen de manera artesanal un libro, que es un método de conservación a veces necesario para algunos ejemplares a los que se les tiene cariño o que no se van a vender. Las encuadernaciones que realizan son de gran calidad, con cosido manual y utilizando materiales que ayudan a proteger el papel. Obviamente, el libro pierde no valor, sino que baja su precio, si no cuenta con la encuadernación original, aunque esté deteriorada, por eso se debe hacer con libros muy concretos. Yo lo hice con varios, y la verdad que quedé muy contento. Cada vez es mas complejo encontrar a individuos que se dediquen a este tipo de trabajos. Tengo que decir, que además, la calidad precio que ofrece Alcaná, es más que buena, conociendo las horas de trabajo que lleva realizar una reencuadernación y el precio de los materiales.
Asimismo, compran libros e, incluso, bibliotecas enteras. Es una excelente opción para algunas instituciones que tiene ejemplares duplicados o para particulares que tienen una librería excesivamente grande. Es un servicio, que no puede hacer un particular. Sin embargo, a través de la librería Alcana, puedes obtener algún beneficio y darle una segunda vida al libro en cuestión. Asimismo, para los interesados en algún libro o edición concreta, puedes activar una alarma que te avisa cuando lo tienen en su catálogo. Que por cierto, es un catálogo más que rico y amplio. Finalmente, realiza exposiciones, en las que exponen libros de su propio catálogo. Las últimas exposiciones que organizas, estuvieron dedicadas a los centenarios de Benito Pérez Galdós y, en curso hasta septiembre de 2021, de Emilia Pardo Bazán.
Sobre la ciudad, que decir que no hayan dicho ya Tirso de Molina, Lope de Vega, Luis de Góngora, Francisco de Quevedo, Miguel Hernández, Rafael Alberti, Gloria Fuertes, José Bergamín, Blas de Otero, Antonio Machado, Luis López Anglada, Dámaso Alonso o, más reciente y con guitarra, Joaquín Sabina. “Con su boina calada y sus guantes de seda, su sirena varada, sus fiestas de guardas”, Madrid tiene miles de rincones en los que perderse, uno de ellos esta librería. Se llega, parando en Tetuán, en la línea de metro 1 (azul claro) Pinar de Chamartín-Valdecarros. Tiene dos parados muy especiales para mi, Antón Martín, donde está el homenaje a los “Abogados de Atocha” y Tirso de Molina. Cuando iba a Madrid en viaje de archivos para mi tesis, me quedaba siempre en una pensión de esa zona, y la conozco perfectamente, desde Atocha, pasando por Lavapiés, Antón Martín, Tirso de Molina, Sol, Gran Vía, Tribunal… Siempre me sentí a gusto paseando por sus calles. Curiosamente, poco puedo decir, del barrio donde se encuentra Alcana. Tiene unos jardines preciosos como el de Javier Martín Benavides y el Parque de Martín Jiménez Sahagún. A la izquierda está el barrio de Chamartín y el de Nueva España, en donde están muchas embajadas y consulados.
Desde Alcaná y aprovechando los dos centenarios antes citados, su responsable me recomendó dos clásicos, uno de Pérez Galdós y dos de Pardo Bazán. Como no voy a elegir ninguna edición en concreto pondré una reseña, escrita por los dueños de la librería, de cada uno y los títulos que nos proponen leer con un enlace para ver las diferentes ediciones que tienen
Benito Pérez Galdós (Las Palmas de Gran Canaria, 10 de mayo de 1843-Madrid, 4 de enero de 1920) fue un novelista, dramaturgo, cronista y político español. Se le considera uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX no solo en España y un narrador capital en la historia de la literatura en lengua española, hasta el punto de ser propuesto por diversos especialistas y estudiosos de su obra como el mayor novelista español después de Cervantes. Galdós transformó el panorama novelesco español de la época, apartándose de la corriente romancista en pos del realismo y aportando a la narrativa una gran expresividad y hondura psicológica. En palabras de Max Aub, Galdós, como Lope de Vega, asumió el espectáculo del pueblo llano y con «su intuición serena, profunda y total de la realidad», se lo devolvió, como Cervantes, rehecho, «artísticamente transformado». De ahí que «desde Lope ningún escritor fue tan popular, ninguno tan universal desde Cervantes». Pérez Galdós fue desde 1897 académico de la Real Academia Española y llegó a estar nominado al Premio Nobel de Literatura en 1912. Aunque, salvo en su juventud, no mostró especial afición por la política, aceptó su designación como diputado en varias ocasiones y por distintas circunscripciones.
Los libros recomendados son los clásicos: Episodios Nacionales
Emilia Pardo Bazán (La Coruña, 16 de septiembre de 1851-Madrid, 12 de mayo de 1921), condesa de Pardo Bazán, fue una noble y aristócrata novelista, periodista, ensayista, crítica literaria, poeta, dramaturga, traductora, editora, catedrática y conferenciante española introductora del naturalismo en España.
Los libros recomendados son: La cuestión palpitante y La mujer española y otros escritos
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