Hoy es Primero de mayo de 2022.
Los derechos laborales que han alcanzado la clase trabajadora han sido como consecuencia de la reclamaciones, de la lucha en las calles, de las protestas y de las propuestas de la izquierda social y política. A lo largo de las década, se ha encontrado con las trabas de una clase dominante que no quiere perder sus privilegios y más importante, aunque no los pierda, no quiere que otros colectivos los consigan.
Ha sido un proceso desigual en el tiempo, en la obtención de derechos, de idas y venidas, de éxitos y derrotas. En este proceso, las organizaciones y sindicatos a la izquierda política, han contando con un papel fundamental.
Hoy vamos ha hablar sobre el papel que ha tenido la izquierda en la transición a la democracia. Pero no el PCE, sino también de todas esas organizaciones que surgieron como alternativa política a quien lideró la oposición antifranquista.
Hace ciento y un año que se creó el Partido Comunista de España. Pero atribuir que la izquierda a la izquierda del Partido Socialista la englobó y engloba el PCE, es un grave error. No es nuevo, eso que llaman “fragmentación de la izquierda”, ni ese intento por crear un frente amplio, movimiento transversal. Ya en los años 30, para luchar contra el fascismo, se promovieron Frente Populares. Por lo que, de manera injusta, esa sátira que existe sobre los partidos de izquierda con la famosa escena que acabamos de escuchar de la Vida de Brian es un tanto injusta. O por lo menos matizable.
En el programa de hoy debatiremos sobre la izquierda en la transición hacia la actual democracia. No solo centrados en el importante papel que tuvo el PCE. Se puede citar al Movimiento Comunista de España, el Partido Comunista de los Pueblos de España, el Partido Obrero de Unificación Marxista, el Partido de los Trabajadores, el Partido Comunista Obrero Español y un largo etc. Asimismo, las diversas tendencias políticas dentro del marxismo, desde el leninismo al maoísmo, el eurocomunismo, los movimientos libertarios o la izquierda más revolucionara.
La diversidad política no es mala, es una señal de una sociedad crítica con el sistema, con sus representantes, con sus líderes, por eso, cuando se habla de fragmentación de la izquierda, en ocasiones se cae en una idea reduccionista de la política y de las creencias ideológicas. En la actualidad estamos ante un nuevo proceso de unión de diversas tendencias a la izquierda del PSOE. Creo que es positivo que aunque pueda haber una unificación, cada uno mantenga sus identidad, pues representa la heterogeneidad existente dentro de los votantes de izquierda. Esto fue lo que ocurrió en la transición. Algunos dicen que hubo un boom de partidos, sin embargo, hay que analizarlo desde un punto positivo, pues después de 40 años de dictadura, la sociedad no se contentó con continuar con una lucha que dividía, falsamente, la sociedad entre rojos y azules.
Entre esos “rojos” había diversos tonos, diversas propuestas, diversas formas de entender la política. Esto mismo ocurre ahora. Perder esos matices, es perder la diversidad que debe caracterizar una democracia plena. Otro tema, son las estrategias electorales. Por eso, afirmo, que no existe una sola izquierda a la izquierda, existen muchas, y ese latido, esas disidencias ortodoxas, como las denomina uno de nuestros invitados, más que negativas, son positivas.
Para hablar sobre estos temas, enfocado en el contexto de los años 70 y 80, pero que es muy actual también, cuento con Eduardo Abad y Gonzalo Wilhelmi, doctores en historia y especialistas en esa otra izquierda, que no es tan minoritaria y que sirve para entender los avances sociales, pues también forman parte, en ocasiones muy activa, de las reclamaciones que se hicieron en la calle durante aquellos años.
Eduardo Abad García es doctor con mención internacional en Historia y Estudios Socioculturales por la Universidad de Oviedo. Se ha especializado en investigaciones sobre la militancia comunista, la memoria colectiva y la violencia política. Su tesis, leída en 2020, abordó la disidencia ortodoxa en el comunismo español durante el periodo 1968-1989 desde la perspectiva de la historia social y cultural. Ha disfrutado de un contrato pre y posdoctoral “Severo Ochoa” en la Universidad de Oviedo. Actualmente, es investigador postdoctoral contratado a través del Programa “Margarita Salas” para la realización de una estancia en la Universidad Autónoma de Barcelona. Su proyecto de investigación lleva por título “La disidencia ortodoxa en la crisis del movimiento comunista (1968-1991): un análisis comparativo transnacional”. Durante los últimos años ha realizado estancias internacionales en Lisboa, Oporto y Oxford. Además, ha participado en varios proyectos de investigación, congresos y publicaciones, tanto a nivel español como internacional.
Gonzalo Wilhelmi es doctor en Historia contemporánea y ha publicado varios libros sobre el movimiento autónomo y libertario en Madrid durante el último cuarto del siglo XX y sobre las víctimas de la violencia política estatal en la transición. También es autor del guion del documental Ojos que no ven, sobre las víctimas del fascismo en España desde 1975.