Publicado en InfoLibre un extracto de “Los Nadies de la Guerra de España”: “De la España memoriosa a la desmemoriada”

El diario InfoLibre ha publicado un extracto de Los Nadies de la Guerra de España, titulado “De la España memoriosa a la desmemoriada” perteneciente al último capítulo. De este modo, los lectores se pueden familiarizar con los contenidos del volumen y con los objetivos que plantea.

En el extracto, se aboga por abrir un espacio de debate en el que, desde la democracia y la defensa de los Derechos Humanos, se discuta sobre nuestro pasado incómodo, para que precisamente, deje de serlo.


De la España memoriosa y desmemoriada

El título hace referencia al conocido cuento de Jorge Luis Borges, «Funes el memorioso», publicado en 1944 en el libro Ficciones. A pesar de las múltiples interpretaciones que se realizaron del texto del ecléctico escritor bonaerense, en ningún caso lo concibió para explicar el desarrollo de las «políticas de la memoria» de España desde la Guerra Civil. En el cuento, el protagonista, un uruguayo llamado Ireneo Funes, tenía la capacidad de recordar absolutamente todo lo que le ocurría o le decían. Es una enfermedad llamada hipermnesia o “síndrome del sabio”. Sin embargo, al contrario de ser algo positivo, suponía un problema ya que, como él decía: “Mi memoria es como vaciadero de basuras”. La capacidad de recordar todo provocó que Funes, no tuviera capacidad crítica de lo que conocía y, sin ella, carecía de pensamiento.

Algo similar sucedió en España desde que terminó la Guerra Civil española. No estoy abogando por olvidar, muy al contrario: defiendo que es necesario recordar, pero siempre con capacidad crítica y desde espacios de debate, para que tengamos, como sociedad, un conocimiento formado de lo que supuso nuestro pasado reciente.

De modo muy esquemático lo que se ha impuesto, forzosa o banalmente, fue lo siguiente. Tras el Parte de la Victoria del 1 de abril de 1939, el franquismo se quiso legitimar a través de la “reconquista” militar y social frente a su enemigo “el comunismo internacionalista”. Se impuso una “memoria” partidista, guerracivilista y violenta, en la que se utilizaron a los muertos en combate, tanto los grandes generales como soldados anónimos –que en su mayoría (80%) fueron forzosos– para recordar constantemente cada “gesta” que habían conseguido a lo largo de los tres años que duró el conflicto. Se erigieron cruces, al estilo de la que hay en Cuelgamuros, por toda la península. Fue el símbolo por antonomasia para recordar la contienda, base en la que se asentaba el “Nuevo Estado”.

Cada ciudad tenía sus propios “mártires de la cruzada” cuyos nombres aparecían en vítores en Iglesias u otros lugares públicos. A pesar del cambio de política del régimen, que en términos políticos y económicos llamaron “Desarrollismo”, la violencia, la victoria militar y los mártires, siguieron estando presentes en el discurso oficial. Podemos denominar al franquismo como una “España memoriosa” desde una perspectiva propagandística, partidista y que, además, buscaba ensañarse con el vencido. Como es obvio, esta “España memoriosa”, no conocía su pasado sangriento, sus consecuencias, a pesar de que el régimen se encargó de tenerlo presente a lo largo de sus 40 años de existencia.

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