Se que esta sección es para recomendar novedades editoriales, pero inicié tan tarde el blog, que me tengo que poner al día. Además, no me puedo resistir a recomendar obras que son de obligada lectura para quienes quieren aproximarse a los acontecimientos más relevantes de nuestro pasado reciente y que le aporten otra forma de mirarlos. Libros que nos ayuden a pensar de modo distinto los paradigmas historiográficos, que prevalecen en la actualidad. También, no voy a engañaros, en una primera tanda recomendaré los libros que me ayudaron a realizar mi investigación, ya sea aportando información de interés o simplemente a pensar el fenómeno de estudio, en este caso, la Guerra Civil española, de un modo distintos. Esta recomendación, es especial por otro motivo, Robert Gerwarth, professor del Center War Studies de la University College Dublin, es mi supervisor en la estancia de investigación que tengo que realizar en mi programa de posdoctorado. Además, en mi opinión, es el mejor historiador de la guerra, la violencia y los fascist studies de su generación -y de las siguientes por ahora (sin ninguna duda), pese a una juventud que pone enfermos a quienes nos aproximamos a ella-. Pero, no es por “peloteo”, el motivo por el que traigo The Vanquished, a pesar haber sido ya traducido al castellano. Realmente, se trata de uno de esos ensayos históricos que mezclan la erudición histórica, la propuesta de otras perspectivas analíticas y el manejo de una amplia gama de fuentes primarias y secundarias. El resultado, es un cóctel que mezcla lo mejor de una investigación, con la del ensayo. Asimismo, aporta una gran cantidad de información para conocer el periodo de estudio, el primer tercio del siglo XX, y mantiene un diálogo serio con la historiografía, sin dejar de ser divulgativo. Tantos elogios, en un país como España, puede mal interpretarse, y que el lector piense que espero que me ofrezca un puesto de trabajo en la University College Dublin, pero además de que eso no funciona así, ni yo sería el mejor candidato; la obra lo merece.
La idea del libro puede parecer simple, a primera vista, pero hay que justificarla, y eso lo consigue con creces el historiador de raíces alemanas y autor de obras como la biografía de Reinhard Heydrich. Sostiene que la Gran Guerra no terminó en noviembre de 1918. Como he dicho, no fue una tarea sencilla la que ha intentado Robert Gerwarth, pues con la publicación de esta obra pone “en solfa” las estructuras de mentales preexistentes sobre el siglo XX. ¿Qué pensarían si les dijesen que la Guerra Civil española, como ya defienden algunos historiadores, no terminó en 1939? ¿Qué la Segunda Guerra Mundial se alargó en el tiempo hasta la década de los 60? Se pone en duda una concepción sobre el pasado en el que las cronologías permanecen inalterables y, que por lo tanto, no ayuda a la renovación del saber histórico. Esta idea de poner en duda las cronologías, la abanderaron, desde sus investigaciones personales y desde su proyecto editorial, los editores de la Revista Universitaria de Historia Militar-RUHM, David Alegre (junto con Javier Rodrigo, en una reciente publicación en Comunidades rotas) y Miguel Alonso, y que ha materializado recientemente Jorge Marco, de la Bath University.
La base de la tesis presentada, es que con los armisticios no se puso fin a la violencia derivada de la Primera Guerra Mundial. En una idea controvertida, pues esta imagen macro, obvia mucho procesos nacionales e incluso locales, de violencia. Sin embargo, es conveniente, reconocer que lo que sucede tras la Gran Guerra es una resignificación de la violencia, es decir, los motivos por los que surgen los enfrentamientos armados mudaron y, también, cambió el contexto sociopolítico. Es cierto, y quizá debiera tener una mayor presencia en su tesis final, que la violencia es un fenómeno tan antiguo como el mismo ser humano, sin embargo, es cierto, que hay elementos que cambian. Para empezar, tres imperios se descompusieron, dando lugar a nuevos Estados-Nación. El triunfo de la Revolución rusa, no solo derribó el imperio zarista, sino que introdujo un factor que desestabilización la política mundial y, que es fundamental, para entender el nacimiento de los fascismos.
Al contrario de lo que lectores más avezados pudieran prever, el historiador alemán, pone en duda la tesis de la brutalización de George L. Mosse, como ya hiciera antes Antoine Prost -así como Ángel Alcalde aquí en España-. La continuidad de la violencia que vivió Europa a lo largo del siglo XX, se debe a la forma en que terminó para los estados vencidos, la Gran Guerra. La derrota, el derrumbe de los imperios y las turbulencias revolucionarias, influyeron más que la propia experiencia bélica.
Las consecuencias de la Primera Guerra Mundial en los territorios derrotados, fue el estallido de guerras civiles y guerras interestatales, en y entre, los nuevos Estados-Nación de los imperios caídos. Así como, movimientos subversivos que socavaron la estabilidad europea y provocaron el nacimientos de nuevos sistemas políticos de corte totalitario. En definitiva, la Gran Guerra inició un periodo en la historia de las guerras que tiene como principal consecuencia la concatenación de diversos conflictos violentos a lo largo del siglo XX.
Sin duda, una propuesta interesante que se complementa con una excelente prosa y completa información de los diferentes conflictos posteriores a 1918 -asi como de la Gran Guerra-. Quizá, como crítica, la tesis peca de no tener en cuenta el proceso de violencia desarrollado en los siglos precedentes que podría dar lugar a interpretaciones similares. En todo caso, es una propuesta arriesgada, necesaria al poner en duda los corsés cronológicos preestablecidos y nos permite ver la Gran Guerra, y el siglo XX, de un modo distinto. Sin duda, de obligada lectura.
Título: The Vanquished. Why the First World War Failed to End
Autor: Robert Gerwath
Lugar de edición: Nueva York
Editorial: McMillan
Año: 2016
Idioma: Inglés
Páginas: 464
ISBN-10-0374282455